El saco que a todos los mexicanos nos queda



¿Puedes decidir el futuro de tu país?

En uno de los cruces más conflictivos de mi colonia justo a la hora más pesada para todos, las terribles 7 a.m. hubo un choque, ningún herido afortunadamente pero si un desmadre. Ambos coches quedaron a mitad del crucero en el que convergen 4 calles de ambos sentidos y que da posibilidad a 16 direcciones diferentes, el semáforo no da el paso a todas las combinaciones posibles. En fin, chocan dos y se quedan a mitad de crucero, en dos minutos la situación es un caos, los automóviles se anudan unos con otros tratando de seguir sus caminos y en un minuto más la cola sobre cada calle es interminable,
inmediatamente el sonido de los cláxones estalla todos al unísono como si esperaran que la vibración los hiciera desplazarse hasta flotando. Cada segundo del reloj un coche pega más su defensa al que tiene en frente apretando cada vez el nudo, los conductores se tornan cada vez más violentos lanzando mentadas a diestra y siniestra. En cada luz verde un coche más decide sumarse al nudo a pesar de que ya no hay espacio ni para pasar caminando entre un auto y otro, en cada luz verde se vuelve más difícil tratar de deshacer ese caos porque cada vez hay más autos acercándose al centro volviendo imposible echar coches en reversa. Luz tras luz. Y nadie se detiene a observar, mucho menos a pensar cómo resolverlo y tampoco pretenden ceder un centímetro de espacio para que alguien pase antes,  SÓLO QUIEREN PASAR a costa de quien sea.
Ésta es una de las muchas situaciones en las que alguien o todos quieren pasar a costa de quien sea. La falta de observación, de razonamiento y de ganas de ceder es un mal que cada vez se clava más profundo en nuestra sociedad.

Una vez puntualizada esta carencia social extiendo una reflexión casi quejosa a todos aquellos que en época electoral se lanzan a la tarea de compartir información, opiniones, chismes u lo que sea como si fueran expertos intelectuales, historiadores o economistas o si quiera ciudadanos responsables al tanto de lo que sucede en su entorno.
Si no puedes comportarte en un semáforo, en una contingencia, si no eres capaz de respetar reglas de convivencia… Si no eres capaz de observar, analizar y pensar, si no te molestas en estudiar, leer y echarte un clavado  la situación sociopolítica y económica mundial (aunque sea una embarrada), ¿por qué piensas que tienes la capacidad de decidir el destino de tu país?

Si el país es un mugrero es porque tú ejecutivo dejas sucia la sala de juntas que ocupas, si está lleno de ratas es porque tú mamá permitiste que tu niño robará los dulces en el súper y hasta le enseñaste a esconderlos dentro de tu bolsa,  si el país es un desorden es porque tú conductor te estacionas en doble fila.

No importa cuánto te esfuerces en compartir información o en discutir con calurosos argumentos, ni siquiera importa si te molestas en ir a votar, si anulas el voto o sólo te abstienes, tampoco importa que votes por el PRI para que no gane AMLO o al revés; si no aprendes a comportarte en un semáforo, México y el mundo no tienen remedio.

Jass Bernal 


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