Es posible que ayudar a una persona no cambie al mundo entero, pero si puede cambiar el mundo de una persona.
Una Experiencia Transformadora con una Shamana Hace 25 Años En 1999, acudí a una mujer Shamana en busca de ayuda, ya que estaba atravesando una serie de eventos complejos en mi vida. Aquella experiencia fue impactante y significativa. Fue la primera vez que experimenté el avistamiento, el primer contacto, la primera regresión a otras vidas, el primer momento en que me encontré a mí misma y la primera vez que comprendí la fuerza divina y su poder creacional.
Durante mi visita a la Shamana, ella nos inició en una ceremonia sagrada. Nunca supe exactamente en qué nos inició, pero la sensación que tuve fue que nos inició en un universo maravilloso. Lo primero que nos pidió fue partir un Coazamato en dos. Es una pelota del tamaño de ambos puños de las manos unidos, que tiene una corteza muy dura. Logramos partirlo con una sierra y sacamos las semillas que pondríamos en una bolsa especial.
Recuerdo que en aquel entonces, mis semillas eran mucho más que las de mi compañero con el que haría la ceremonia sagrada. Tuvimos que comprar ropa blanca y vestirnos a doc para la ocasión. Durante la ceremonia, la Shamana nos dijo que esas semillas eran la cantidad de personas que veníamos a cuidar. Él tenía un par de decenas y yo, más de tres centenas. Ella me vio y me dijo que mi trabajo iba a ser interesante.
Casi 25 años después de aquel evento que marcó mi vida, me doy cuenta a lo que se refería. Mi labor es cuidar y ayudar a muchas personas, pero en todo este tiempo aprendí algo muy valioso: a veces solo con mejorar nosotros, estamos mejorando al mundo. Si en tu mejora, logras mejorar a otro, garantizas un mejor planeta. Y si impactas a más con esa mejora, el planeta cambia.
El problema es que las personas tienen diferentes ideas sobre lo que es la mejora. Algunos solo se enfocan en su salud, otros en su cuerpo, otros en su economía, otros en los objetos en su casa o en su pareja. Cada quien tiene un concepto diferente de mejora, y muy pocos se encuentran en un camino integral. Algunos lo llaman "el Camino Espiritual", pero lo cierto es que es un camino complicado que requiere de mucho cuidado, porque implica una mejora en todos los sentidos y aspectos de la vida. Por fuerza implica el trabajo interior y el enfrentamiento de aquellos eventos que hemos evadido toda la vida.
En fin, es complicado el arte de ayudar, y también es complicado el arte de mejorar uno mismo. Pero mi consejo es que se enfoquen solo en mejorar a sí mismos. A eso me he dedicado yo, y por eso me sorprendo cuando alguien me dice que le ayudé de algún modo. Ya que solo estuve dedicada en mejorarme a mí, mi trabajo y la calidad de mis terapias.
Así que, mejorate tú y mejorarás al planeta. Esa es la máxima que puedo dar por cierta en esta corta vida. Si quieres entrar a alguno de mis talleres gratuitos o ser parte del noveno grupo de metafísica, escríbeme al 55 3077 9785 para que te de información.
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