Limpia tus emociones



Organizar las emociones de vez en cuando, es tan importante como hacerlo con tu closet. Solo que el closet, es algo tangible o sea, vemos cuando los zapatos están en desorden o cuando los pantalones se caen por acumular los que ya no nos quedan o están rotos. Con las emociones no podemos ver cuando se desordenan o acumulan porque no las vemos, solo las sentimos y por eso podemos tener una emoción que nos estorba y no darnos cuenta.


Para ordenarlas, tenemos que hacer el mismo ejercicio que cuando ordenamos el closet. Primero sacamos todo y luego vamos eligiendo que se queda y que se va. Siguiendo el patrón de lo que nos queda, lo que usamos y lo que podemos usar. Y no de lo que podría quedarnos, podría servirnos y podríamos usar. Porque si dejamos que nuestros cajones se llenen de “Podrías” no dejarían espacio para lo útil.

Lo mismo con las emociones. Primero vamos a ordenar el cajón de los
sentimientos, del amor, de las relaciones personales, de los amigos, de las tristezas y todo lo que representa nuestras emociones, incluso, miedo, amor, seguridad o ansiedad.

Hay miedos que nos sirven en el momento para meditar algo y ordenar otras cosas, así que podremos dejarlos un tiempo, hay dolores que nos ayudan a crecer y están siendo usados, así que vale la pena dejarlos, pero a sabiendas que cuando nos dejen de ser útiles, debemos hacerlos a un lado. Hay sentimientos que tenemos que deshacernos porque no solo nos estorban, sino nos impiden crecer y éstos pueden ser amorosos o egoístas. Lo importante es dejar lo que estamos usando y trabajando y lo que estamos seguros que a futuro usaremos. Lo que no, siempre es mejor dejar ir.

Imagina que en éste universo, tenemos una gama emocional enorme, amor con odio, celos con confianza, resentimiento con pasión, felicidad con angustia, en fin, casi podemos decir que ésta vida es como un helado multisabor. Lo que tenemos que decidir, es que sabores queremos y cuáles no. Parece complejo, pero es más sencillo de lo que suena. El secreto está en ser honestos con nosotros y así saber que emociones son las que deseamos experimentar. Es decir, si estamos viviendo un amor muy romántico y cursi, pero andamos tras de emociones intensas y fuertes, lo más seguro es que ese amor nos aburra y lo dejemos. Así, podemos ser honestos desde un principio para reconocer lo que éste amor representa y de ser necesario agregarle algunas dosis de adrenalina e intensidad si es que éste amor verdaderamente nos interesa.

Lo cierto es que nuestra medida no debe estar sujeta a las medidas sociales, porque éstas son estándares que nos dicen como deberíamos sentirnos, pero se alejan de lo que en realidad nos hace bien. Solo debemos saber que como cuando vas a comprar un helado, no le puedes “ganar el lugar” a quien está formado antes que tu, ni quitar el helado a otros ni mucho menos pedir un helado que no existe. Lo que se traduce en: no se vale lastimar a otros, exigirles que te den lo que no pueden darte ni obligarles a hacer algo que no desean hacer. Mientras nos mantengamos en ese parámetro, podemos hacer todo lo que nos dé la gana hacer y experimentar emocionalmente todo lo que nuestro cuerpo nos permita.

Lo cierto es que cuando dejamos que las emociones se acumulen sin haberlas liberado, es cuando podemos decir que éstas forman un coágulo enorme que no permite que el resto circule eficientemente y genera un bloqueo y éste bloqueo nos puede traer cualquier cosa, desde más emociones indeseadas, enfermedades, problemas de todo tipo. Es como cuando dejas que el closet se llene de cosas que no ocupas, cuando lo abres para sacar algo que necesitas, se te viene encima todo lo que no necesitas y no te permite llegar pronto a lo que sí, y luego terminas perdiendo el tiempo en recoger y no en usar lo que necesitas.

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Comentarios

  1. Bem bom sua reflexão sobre as emoções. Há que ter controle delas pra ter saúde mental.

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  2. Muy lindos consejos, me ayudan bastante. Saludos desde Argentina, la conosco por twitter y me está gustando lo que Pública.

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